El compromiso con la vida musical que valoramos

En esta entrada explicaré que es la acción comprometida y cómo, en combinación con nuestros valores, puede ser el inicio de una vida musical expansiva y significativa. Una acción comprometida se caracteriza por ser una conducta alineada a mis valores, que persiste hasta alcanzar una meta trazada y a pesar de las dificultades internas y externas que puedan surgir. Puede definirse también como el compromiso a adoptar patrones cada vez más grandes de hábitos informados por nuestros valores.

 

Supongamos que uno de mis valores como músico es el siguiente:

Valoro ser un músico que aprende repertorio nuevo y retador

Yo podría definir la acción “aprender repertorio nuevo y retador” de diferentes maneras. Podría escoger una pieza nueva retadora de diferentes maneras: en su duración, la variedad de elementos técnicos necesarios para interpretarla, la precisión rítmica que demanda, etc. Si no concretizo esta acción, no sabré cuándo estoy acercándome o alejándome de este valor. La acción comprometida “aterriza” un valor, en conductas observables y medibles que nos permiten estimar si estamos siendo consecuentes con nuestros valores

Juncos y de Paiva e Pona (p. 173, 2022) recomiendan formularse tres preguntas: 1) ¿Cómo puedo hacer de esta acción valorada algo más concreto? 2) ¿Cómo puedo medir esta acción? 3) ¿Cómo sabré si/cuando he alcanzado esta meta? Veamos cómo estas preguntas pueden guiar la transición de valor a acción comprometida

¿Cómo puedo hacer este valor más concreto?

Digamos que decido embarcarme en el proyecto de aprender las sonatas para piano de Beethoven. Si no he estudiado ninguna sonata de Beethoven, es, en efecto, un repertorio nuevo. Asimismo, cada sonata es un mundo musical en sí mismo que reta tremendamente al intérprete. Por ello, esta meta cumple las condiciones de ser nueva y retadora. Así mi acción comprometida adopta la siguiente forma:  

Aprenderé las sonatas para piano de Beethoven

¿Cómo puedo medir esta acción valorada?

El siguiente paso es establecer alguna métrica que me indique si estoy cumpliendo mi meta. Puedo, por ejemplo, especificar que son 32 las sonatas para piano que aprenderé. También podría establecer el orden en el que las aprenderé, así como la cantidad de sonatas por año. Así, mi meta cambiará a:  

Aprenderé las 32 sonatas para piano de Beethoven en orden cronológico de composición, al menos dos al año

¿Cómo sabré si/cuándo he logrado esta meta

Esta pregunta puede ser particularmente difícil de responder cuando se trata de aprender piezas musicales. Sabemos que, en realidad, uno nunca agota una pieza musical y siempre es posible abordarla desde un ángulo nuevo. Sin embargo, si no estableciera un criterio para decidir que, a la fecha, estoy satisfecho con la interpretación de alguna sonata en particular, podría detener mi acción comprometida porque nunca consideraría que he aprendido una sonata. Por ello, es importante plantear algún criterio de suficiencia que indique que la meta ha sido alcanzada. Así, mi meta podría verse como

Aprenderé todas las sonatas para piano de Beethoven en orden cronológico, al menos dos al año, hasta que pueda tocar a tempo y con expresividad cada una de inicio a fin en un recital o frente a una cámara

Naturalmente, mi mente me presentará con obstáculos en mi camino a alcanzar esta meta. Por ejemplo, puede que sienta poca motivación de practicar, puede que me sienta abrumado por la dificultad de algunas sonatas, puede que me sienta muy cansado para practicar, puede que quiera postergar tocarlas en público, etc. De ahí la importancia de los valores

Los valores son como el faro de luz que guía a los barcos en la oscuridad o, como vimos en el post anterior, caminar hacia el Este. Mientras recuerde la importancia de mi valor musical, tendré un Este al cual apuntar. Asimismo, haciendo uso de herramientas que hemos discutido en entradas pasadas (conciencia plena, aceptación, defusión, yo-como-contexto) podremos minimizar el riesgo de que nuestra mente canalice nuestra atención y energías en intentar controlar los pensamientos y las emociones desagradables. Las herramientas que hemos discutido en estas entradas tienen el propósito de entrenarnos para persistir en metas valoradas a pesar de estados mentales desagradables que nos puedan distraer


Si quieres saber más sobre mi trabajo y mis servicios de consultoría para músicos experimentando ansiedad, te invito a revisar mi sitio web: alvarochang.com.


Fotografía Pexels: https://www.pexels.com/photo/blue-skies-53594/Photo by Pixabay from Pexels: https://www.pexels.com/photo/blue-skies-53594/ por Reza Nourbakhsh de Pexels.


Fuentes

Juncos, D. G. & de Paiva e Pona, E. (2022). ACT for musicians: A guide for using Acceptance and Commitment Training to enhance performance, overcome performance anxiety, and improve well-being. Universal Publishers. 

Praxis (2023). ACT Immersion: An introduction to ACT as a process-based therapy [online course]. Retrieved from https://act.courses/signup/

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La identidad musical, el cielo y las nubes.

Gustav Mahler: Quinta Sinfonía en Do # menor - Una breve reseña biográfica

¿El Efecto Mozart?